Un Blog de Elizabeth Conte Chassin-Trubert

sábado, 22 de junio de 2013

ARTE POÉTICA





 
Robert Auer (1873 - 1952). Pintor croata.






Mirar el río hecho de tiempo y agua
Y recordar que el tiempo es otro río,
Saber que nos perdemos como el río
Y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
Que sueña no soñar y que la muerte
Que teme nuestra carne es esa muerte
De cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
De los días del hombre y de sus años,
Convertir el ultraje de los años
En una música, un rumor y un símbolo,

Ver en la muerte el sueño, en el ocaso
Un triste oro, tal es la poesía
Que es inmortal y pobre. La poesía
Vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
Nos mira desde el fondo de un espejo;
El arte debe ser como ese espejo
Que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
Lloró de amor al divisar su Itaca
Verde y humilde. El arte es esa Itaca
De verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
Que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
Y es otro, como el río interminable.



De: El Hacedor (1960)



Jorge Luis Borges

jueves, 13 de junio de 2013

TROFEO


Vladimir Bazan (1953). Fotógrafo ruso.



Como quien recorre una costa
maravillado de la muchedumbre del mar,
albriciado de luz y pródigo espacio,
yo fui el espectador de tu hermosura
durante un largo día.
Nos despedimos al anochecer
y en gradual soledad
al volver por la calle cuyos rostros aún te conocen,
se oscureció mi dicha, pensando
que de tan noble acopio de memorias
perdurarían escasamente una o dos
para ser decoro del alma
en la inmortalidad de su andanza.



De: Fervor de Buenos Aires (1923)



Jorge Luis Borges



domingo, 9 de junio de 2013

LA CIFRA






 
Albert Aublet (1851 _ 1938). Pintor francés. Selene




La amistad silenciosa de la luna

(cito mal a Virgilio) te acompaña

desde aquella perdida hoy en el tiempo

noche o atardecer en que tus vagos

ojos la descifraron para siempre

en un jardín o un patio que son polvo.

¿Para siempre? Yo sé que alguien, un día,

podrá decirte verdaderamente:

No volverás a ver la clara luna,

Has agotado ya la inalterable

suma de veces que te da el destino.

Inútil abrir todas las ventanas

del mundo. Es tarde. No darás con ella.

Vivimos descubriendo y olvidando

esa dulce costumbre de la noche.

Hay que mirarla bien. Puede ser última.





De: La cifra (1981)

Jorge Luis Borges