Un Blog de Elizabeth Conte Chassin-Trubert

domingo, 23 de octubre de 2016

AMOROSA ANTICIPACIÓN





Gustave Courbet (1819-1877). Pintor francés. Mujer de la ola (1868).




     Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
     ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso y tácito y de niña,
     ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios
     serán favor tan misterioso
     como  mirar tu sueño implicado
     en la vigilia de mis brazos.
     Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria del sueño,
     quieta y resplandeciente como una dicha que la memoria elige,
     me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes,
     Arrojado a quietud
     divisaré esa playa última de tu ser
     y te veré por vez primera, quizá,
     como Dios ha de verte,
     desbaratada la ficción del Tiempo
     sin el amor, sin mí.



De: Luna de enfrente (1925)





Jorge Luis Borges


domingo, 10 de julio de 2016

LA RECOLETA



Jack Spencer (1951). Fotógrafo estadounidense.



Convencidos de caducidad
por tantas nobles certidumbres del polvo,
nos demoramos y bajamos la voz
entre las lentas filas de panteones,
cuya retórica de sombra y de mármol
promete o prefigura la deseable
dignidad de haber muerto.
Bellos son los sepulcros,
el desnudo latín y las trabadas fechas fatales,
la conjunción del mármol y de la flor
y las plazuelas con frescura de patio
y los muchos ayeres de la historia
hoy detenida y única.
Equivocamos esa paz con la muerte
y creemos anhelar nuestro fin
y anhelamos el sueño y la indiferencia.
Vibrante en las espadas y en la pasión
y dormida en la hiedra,
sólo la vida existe.
El espacio y el tiempo son normas suyas,
son instrumentos mágicos del alma,
y cuando ésta se apague,
se apagarán con ella el espacio, el tiempo y la muerte,
como al cesar la luz
caduca el simulacro de los espejos
que ya la tarde fue apagando.
Sombra benigna de los árboles,
viento con pájaros que sobre las ramas ondea,
alma que se dispersa entre otras almas,
fuera un milagro que alguna vez dejaran de ser,
milagro incomprensible,
aunque su imaginaria repetición
infame con horror nuestros días.
Estas cosas pensé en la Recoleta,
en el lugar de mi ceniza.


De: Fervor de Buenos Aires, 1923


Jorge Luis Borges