La
amistad silenciosa de la luna
(cito
mal a Virgilio) te acompaña
desde
aquella perdida hoy en el tiempo
noche
o atardecer en que tus vagos
ojos
la descifraron para siempre
en un
jardín o un patio que son polvo.
¿Para
siempre? Yo sé que alguien, un día,
podrá
decirte verdaderamente:
No
volverás a ver la clara luna,
Has
agotado ya la inalterable
suma
de veces que te da el destino.
Inútil
abrir todas las ventanas
del
mundo. Es tarde. No darás con ella.
Vivimos
descubriendo y olvidando
esa
dulce costumbre de la noche.
Hay
que mirarla bien. Puede ser última.
De: La cifra (1981)
Jorge Luis Borges
No hay comentarios:
Publicar un comentario