Cuando
los relojes de la media noche prodiguen
Un tiempo
generoso.
Iré
más lejos que los bogavantes de Ulises
A la
región del sueño, inaccesible
A la
memoria humana.
De esa
región inmersa rescato restos
Que no
acabo de comprender:
Hierbas
de sencilla botánica,
Animales
algo diversos,
Diálogos
con los muertos,
Rostros
que realmente son máscaras,
Palabras
de lenguajes muy antiguos
Y a
veces un horror incomparable
Al que
nos puede dar el día.
Seré
todos o nadie. Seré el otro
Que sin
saberlo soy, el que ha mirado
Ese otro
sueño, mi vigilia. La juzga,
Resignado
y sonriente.
De: La rosa profunda (1975)
Jorge Luis Borges
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