…Mi único
destino posible , es el destino literario. Porque evidentemente, un hombre que
ha cometido la imprudencia de cumplir ochenta y cuatro años, que en cualquier
momento cumple ochenta y cinco, que está
ciego; bueno, la mayoría de mis contemporáneos se han muerto, aunque como usted
ve, hay personas jóvenes alrededor de mi vejez. Bueno, yo paso alguna parte de
mi tiempo solo, y entonces lo pueblo con proyectos. Por ejemplo, esta mañana me
desperté a las siete, yo sabía que iban a llamarme a las ocho y media. Yo
pensé, bueno, vamos a aprovechar este tiempo, y empecé a borronear,
mentalmente, se entiende, un soneto; que dentro de unos días será realmente un
soneto. Ahora es un mero borrador. Es decir que yo paso buena parte de mi
tiempo solo, y tengo que poblarlo con proyectos, con fantasmas, podemos decir,
salvo que suena un poco terrorífico, impresionante, ¿no?, además, no me siento
perseguido por ellos, son gratos fantasmas.
Texto tomado del libro “Reencuentro.
Diálogos inéditos”. Con Osvaldo Ferrari. Editorial Sudamericana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario